miércoles, 15 de febrero de 2012

Lo que la boca CALLA el cuerpo GRITA parte I

"Cuando yo necesitaba llorar para limpiar mis emociones y mi mente no me lo permitió, mi nariz siempre tenía a punto un catarro para que las lágrimas quedasen libres.
Cuando necesité escuchar mi voz interior, y las voces de mis prejuicios me ensordaban el corazón, siempre estuvo mi oído alerta y me dolió para procurarme el silencio preciso.
Cuando necesité cambiar de rumbo y tomar otro camino, pero sentí el temor de no ser capaz, siempre me torcí un tobillo, o salió una piedra a mi paso, o la rodilla me inmovilizó un tiempo hasta superar el miedo y encontrar así el mejor momento para seguir avanzando.
Cuando necesitaba expresar lo que me callaba y la mente se asustaba de la libertad de mi expresión y me ordenaba resignarme, tragándome mis palabras, ocurrieron dos cosas: a veces mi garganta se quedaba muda para que yo aprendiera a gritar, y a veces mi estómago vomitó lo tragado para que yo aprendiera a nutrirme mejor.
Cuando necesité mirar sólo hacia delante y perdonar el pasado, y algo en mí se resistía con rencor, siempre mi cuello se quedó rígido y dolorido, hasta que poco a poco me enseñó a ser flexible como los juncos, y mirar a todos los lados con amor.
Porque cuando necesité nacer, hubo un hermoso cuerpo que se brindó para servirme de guía y de compañero en ésta aventura de vivir."
 
                                                           “Lo que el corazón me dijo”.   Magdalena Lasala
 

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